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"O navio brasileiro navega tranquilo em águas turbulentas", diz a "France Presse"

A economia brasileira também é tema da notícia divulgada pela agência France Presse nesta segunda-feira, 25 de outubro, que ressalta a manutenção da estabilidade da moeda como o principal desafio do próximo presidente. Confira a notícia na íntegra, em espanhol: “Brasil, efervescente mercado de consumo con enorme potencial y altas tasas de interés, atrae un multimillonario flujo de inversiones productivas y especulativas, que plantearán al próximo presidente el desafío de […] Leia mais

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Da Redação

Publicado em 25 de outubro de 2010 às 15h03.

Última atualização em 24 de fevereiro de 2017 às 10h57.

A economia brasileira também é tema da notícia divulgada pela agência France Presse nesta segunda-feira, 25 de outubro, que ressalta a manutenção da estabilidade da moeda como o principal desafio do próximo presidente. Confira a notícia na íntegra, em espanhol:

“Brasil, efervescente mercado de consumo con enorme potencial y altas tasas de interés, atrae un multimillonario flujo de inversiones productivas y especulativas, que plantearán al próximo presidente el desafío de mantener la estabilidad de la moneda local.

Según datos oficiales, el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva acabará el primero de enero, tras ocho años de sostener las riendas de la primera economía latinoamericana, con 29 millones de personas que dejaron la pobreza para integrarse a la clase media de este país de 190 millones de habitantes.

Los niveles de desempleo son históricamente bajos (6,7% de la población económicamente activa en zonas urbanas, 1,5 millones de personas), el Producto Interno Bruto tendrá una expansión estimada de 7,5% este año y la inflación está bajo control.

Y si el optimismo de los consumidores alcanza niveles récord, no menos impactante es la avidez de los inversionistas extranjeros por el mercado brasileño.

En la bolsa de valores de Sao Paulo, el volumen medio diario negociado viene creciendo sostenidamente desde julio desde unos 3.000 a 5.000 millones de dólares en octubre, y del total de inversionistas, 28,7% son extranjeros.

En los primeros 24 días de setiembre, la economía brasileña registró el ingreso neto de 14.456 millones de dólares (sin considerar la balanza comercial).

Las cifras no incluyen el balance de la exitosa capitalización de la estatal petrolera Petrobras, que captó más de 71.000 millones de dólares en los mercados local y neoyorquino, aunque buena parte vinieron del Estado brasileño.

Y la cereza de la torta: en 2010, la inversión extranjera directa, la que queda en el país para emprendimientos productivos, rondará los 30.000 millones de dólares, y saltará a 45.000 en 2011, según datos del Banco Central (BC).

El panorama se presenta más que alentador para el próximo presidente, que los brasileños elegirán el domingo entre la oficialista Dilma Rousseff y el socialdemócrata José Serra.

Sin embargo, el apetito por lo brasileño tiene una contracara que preocupa a autoridades y empresarios.

El masivo ingreso de divisas está empujando el real hacia arriba y aplastando en el mercado local la cotización del dólar, que a niveles de 1,65 por billete verde, amenaza la competitividad de la producción local en un contexto de inestabilidad en los mercados internacionales.

En los primeros ocho meses del año, Brasil tuvo un superávit comercial de 11.673 millones de dólares, pero la cifra es 41,6% menor a la de igual período de 2009.

“No podemos dejar que el cambio se diluya más”, advirtió el presidente de la poderosa Federación de Industrias del Estados de Sao Paulo (Fiesp), Benjamin Steinbruch.

El gobierno parece haber oído el clamor de industriales y exportadores, y adopta medidas para intentar contener el avance de la moneda.

El BC compra dólares cotidianamente en el mercado; el Fondo Soberano nacional tiene autorización para colocaciones sin límite establecido en dólares; los impuestos al ingreso de capital extranjero para renta fija fueron aumentados dos veces en el último mes.

Pero el real sigue hacia arriba y en 2010 lleva ganado 3,56%, que se suma al 32,7% de 2009, para totalizar 112,13% de valorización desde que Lula asumió el poder en 2003.

El presidente puso sobre los hombros del G20, el grupo de países emergentes y desarrollados que tendrá su próxima cumbre en noviembre en Seúl, la responsabilidad de solucionar lo que su ministro de economía, Guido Mantega, definió como una “guerra de divisas” en el planeta.

“Todo el mundo está percibiendo que existe una guerra cambiaria y que precisamos en el G20 discutir y dar una solución definitiva para eso”, dijo Lula.

El presidente y su ministro afirman que seguirán tomando medidas; pero los analistas no se muestran convencidos para el corto plazo.

Algunos piden un recorte en el gasto público y acciones al BC que desestimulen el ingreso de divisas atraídas por las altas tasas en Brasil (la de interés de referencia, Selic, está en 10,75% al año, es una de las más altas del mundo y fue mantenida sin cambios la semana pasada).

“El cambio es una variable de ajuste, y se debería estar afectando tanto en la política fiscal como en la política monetaria para crear algún tipo de alteración en el dólar. Y eso no creo que sea hecho ni siquiera por el próximo gobierno, es difícil conciliar el cambio -en un nivel adecuado- y crecimiento económico”, estimó el economista André Perfecto en un análisis de su consultora Gradual Investimentos.

Los dos postulantes a la Presidencia, insertos en una campaña que apela mucho más a lo emocional que a lo concreto que tienen las propuestas, han dicho poco sobre sus planes para abordar el problema. Solo el socialdemócrata Serra, respaldado por sectores industriales, se queja de las tasas de interés. Pero hasta ahí llega el tratamiento del tema en campaña.

Mientras tanto, el buque brasileño navega tranquilo en aguas turbias, y habrá que esperar a enero para saber cómo el nuevo capitán planea mantener el rumbo.”

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A economia brasileira também é tema da notícia divulgada pela agência France Presse nesta segunda-feira, 25 de outubro, que ressalta a manutenção da estabilidade da moeda como o principal desafio do próximo presidente. Confira a notícia na íntegra, em espanhol:

“Brasil, efervescente mercado de consumo con enorme potencial y altas tasas de interés, atrae un multimillonario flujo de inversiones productivas y especulativas, que plantearán al próximo presidente el desafío de mantener la estabilidad de la moneda local.

Según datos oficiales, el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva acabará el primero de enero, tras ocho años de sostener las riendas de la primera economía latinoamericana, con 29 millones de personas que dejaron la pobreza para integrarse a la clase media de este país de 190 millones de habitantes.

Los niveles de desempleo son históricamente bajos (6,7% de la población económicamente activa en zonas urbanas, 1,5 millones de personas), el Producto Interno Bruto tendrá una expansión estimada de 7,5% este año y la inflación está bajo control.

Y si el optimismo de los consumidores alcanza niveles récord, no menos impactante es la avidez de los inversionistas extranjeros por el mercado brasileño.

En la bolsa de valores de Sao Paulo, el volumen medio diario negociado viene creciendo sostenidamente desde julio desde unos 3.000 a 5.000 millones de dólares en octubre, y del total de inversionistas, 28,7% son extranjeros.

En los primeros 24 días de setiembre, la economía brasileña registró el ingreso neto de 14.456 millones de dólares (sin considerar la balanza comercial).

Las cifras no incluyen el balance de la exitosa capitalización de la estatal petrolera Petrobras, que captó más de 71.000 millones de dólares en los mercados local y neoyorquino, aunque buena parte vinieron del Estado brasileño.

Y la cereza de la torta: en 2010, la inversión extranjera directa, la que queda en el país para emprendimientos productivos, rondará los 30.000 millones de dólares, y saltará a 45.000 en 2011, según datos del Banco Central (BC).

El panorama se presenta más que alentador para el próximo presidente, que los brasileños elegirán el domingo entre la oficialista Dilma Rousseff y el socialdemócrata José Serra.

Sin embargo, el apetito por lo brasileño tiene una contracara que preocupa a autoridades y empresarios.

El masivo ingreso de divisas está empujando el real hacia arriba y aplastando en el mercado local la cotización del dólar, que a niveles de 1,65 por billete verde, amenaza la competitividad de la producción local en un contexto de inestabilidad en los mercados internacionales.

En los primeros ocho meses del año, Brasil tuvo un superávit comercial de 11.673 millones de dólares, pero la cifra es 41,6% menor a la de igual período de 2009.

“No podemos dejar que el cambio se diluya más”, advirtió el presidente de la poderosa Federación de Industrias del Estados de Sao Paulo (Fiesp), Benjamin Steinbruch.

El gobierno parece haber oído el clamor de industriales y exportadores, y adopta medidas para intentar contener el avance de la moneda.

El BC compra dólares cotidianamente en el mercado; el Fondo Soberano nacional tiene autorización para colocaciones sin límite establecido en dólares; los impuestos al ingreso de capital extranjero para renta fija fueron aumentados dos veces en el último mes.

Pero el real sigue hacia arriba y en 2010 lleva ganado 3,56%, que se suma al 32,7% de 2009, para totalizar 112,13% de valorización desde que Lula asumió el poder en 2003.

El presidente puso sobre los hombros del G20, el grupo de países emergentes y desarrollados que tendrá su próxima cumbre en noviembre en Seúl, la responsabilidad de solucionar lo que su ministro de economía, Guido Mantega, definió como una “guerra de divisas” en el planeta.

“Todo el mundo está percibiendo que existe una guerra cambiaria y que precisamos en el G20 discutir y dar una solución definitiva para eso”, dijo Lula.

El presidente y su ministro afirman que seguirán tomando medidas; pero los analistas no se muestran convencidos para el corto plazo.

Algunos piden un recorte en el gasto público y acciones al BC que desestimulen el ingreso de divisas atraídas por las altas tasas en Brasil (la de interés de referencia, Selic, está en 10,75% al año, es una de las más altas del mundo y fue mantenida sin cambios la semana pasada).

“El cambio es una variable de ajuste, y se debería estar afectando tanto en la política fiscal como en la política monetaria para crear algún tipo de alteración en el dólar. Y eso no creo que sea hecho ni siquiera por el próximo gobierno, es difícil conciliar el cambio -en un nivel adecuado- y crecimiento económico”, estimó el economista André Perfecto en un análisis de su consultora Gradual Investimentos.

Los dos postulantes a la Presidencia, insertos en una campaña que apela mucho más a lo emocional que a lo concreto que tienen las propuestas, han dicho poco sobre sus planes para abordar el problema. Solo el socialdemócrata Serra, respaldado por sectores industriales, se queja de las tasas de interés. Pero hasta ahí llega el tratamiento del tema en campaña.

Mientras tanto, el buque brasileño navega tranquilo en aguas turbias, y habrá que esperar a enero para saber cómo el nuevo capitán planea mantener el rumbo.”

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